"Nada es para Siempre, pero Todo es Eterno".
Una niña de 12 años dijo esto en voz alta, y las cosas cambiaron... relativamente. No todo lo que veía era tal cual. Pero quizás sí lo que comenzaba a comprender. A su manera, claro está.
Antes tenía más capacidad de pensamiento que ahora. Hablo de pensar. Literalmente la frase "sentarse a pensar". Y me pareció increíble la sensación que tenía al notar que cada pensamiento llevaba a uno nuevo, como una especie de sistema interno que conectaba todo lo externo. Y fue cuando más adelante me dije "Es increíble cómo las cosas del Universo están conectadas entre sí". Porque, de algún modo, lo están.
Volviendo a lo de "sentarse a pensar"... Decidí ponerle un nombre. Algo que quizás no tenga mucho sentido para nadie más que para mí. A ese proceso de conectar pensamientos DE MANERA INCONSCIENTE, de dejar que mi mente vaya a donde quiera ir... lo llamé "DERIVAR". "Estoy derivando" me digo en algunas ocasiones. ¿De dónde saqué el nombre? Sencillo.
Recuerdo un cuento de Horacio Quiroga: "A la deriva". Un hombre que fue mordido por una serpiente, y que acostado sobre un barco, va hacia donde la corriente del río lo lleve. Y me gustó mucho ver, en el estado en el que se encontraba el hombre, cómo eran sus pensamientos, la forma en que surgían, cómo una cosa llevaba a la otra... Y todo eso, antes de que el veneno de la serpiente lo llevara a una relativa muerte pacífica. Y de allí viene: "DERIVAR".
Y derivando es que he llegado a varias conclusiones sobre el ser humano. Conclusiones que posiblemente serán compartidas más adelante. POSIBLEMENTE.
Y en eso ando a lo largo de la vida. Derivando. Cada quien camina en su vida como quiere. COMO LE DA LA REAL GANA. Algunos van construyendo cosas, otros escribiendo, creando comerciales de televisión, curando personas, mintiendo, ganando dinero, gastando dinero, asesinando gente o buscar ser asesinado. Comiendo, emborrachándose, yendo a sesiones de recuperación. Postrados en una cama o en una silla de ruedas. Riendo o llorando. Preocupándose por uno mismo, o buscando ser la copia de la Madre Teresa de Calcuta.
Creando películas, haciendo maquetas, cantando, bailando. Tocar un instrumento o al amor de tu vida. Viendo el Sol, la Luna y las Estrellas. Prefiriendo la playa o la montaña. No saber nadar. Saber dibujar. Pintar la Torre Eiffel o un hermoso amanecer. Aunque yo prefiero un atardecer.
Yo... también hago una que otra cosa. Pero más que derivar, hago algo más importante para mí. IMAGINAR, SOÑAR... Lo que en inglés perfectamente sería DAYDREAMING.
Sin sueños y sin la capacidad de imaginar, no tendría motor alguno para seguir andando. Así como los carros necesitan gasolina, yo necesito de mis sueños. Y para crear sueños, mi herramienta es la Imaginación. "La Vida no te da todo lo que quieres, porque te invita a soñar".
So... Salutation to the World. And remember that "Nada es para Siempre, pero Todo es Eterno".
Radical Dreamer
Imagination is My Weapon
My Mentor
Todos tenemos a alguien que llamamos "Mentor". Una persona que admiramos, tanto por lo que hizo por como era. No necesariamente tiene que ser una persona a la que queremos copiar. Pero sí alguien que nos influenció mucho. Alguien que marcó nuestras vidas de alguna u otra forma. Y sí, se podrían tener varias. No estoy en contra de eso. Pero siempre hay alguno que resalta del montón.
Podrían ser nuestros padres, cómo no. Los míos entran en mi lista. Podría ser un profesor, un vecino, un personaje histórico. Yo hasta admitiría a personajes ficticios (de libros, películas. Ellos también son seres que existen. A su forma, pero existen). Pero esta vez, de mi montón, he querido mencionar a alguien muy especial.
Ladies and Gentlemen... I give you WALTER ELIAS DISNEY. Un Imagineer de primera. Y claro, él fue el primero de todos los Imagineers. El creador máximo de un Mundo que compartió con el resto del mundo. SU MUNDO. Algo que muchas personas (por no decir la mayoría, a mi percepción) no toman en cuenta. La creación de un Mundo Propio.
No sólo por eso. Él hacía una de las cosas que más admiro. Disney CREABA FANTASÍAS. ¿Saben lo que es eso? Crear Fantasías. Ilusiones hermosas con sensasiones intensas. Cosas y situaciones, bellas y feas, que alimentan la Imaginación, y ayudan a que el Alma crezca.
¿Saben? Ese tipo de cosas me gustaría hacer yo. Esa huella que dejó en el mundo nadie más logrará dejarla de la misma forma. Pero... creo que vale la pena intentarlo.
No de la misma forma, no bajo las mismas condiciones. Pero sí el acto y el hecho de CREAR FANTASÍAS.
The deal con la Imaginación es que ayuda a re-crear situaciones, cosas, sensasiones. No es lo mismo que la Realidad, pero funciona. Cuando se logra imaginar al extremo, en el sentido de tratar de ''sentir'', aunque nunca se haya sentido. Tratar de ''oler'', ''saborear'', ''tocar''. Simplemente, tratar.
Y como todo lo "bien trabajado", Disney empezó desde abajo, como animador. Y nos presentó un personaje de su mundo. Alguien muy afortunado, debería agregar.
OSWALD, THE LUCKY RABBIT. Un personaje carismático, y con una personalidad tan... Oswald, porque no hay otra manera de describirlo. Disney lo introdujo a la Realidad. La genté rió con Oswald, lloró con Oswald. Se compadecieron de él, y se alegraron con él. Un pedacito del Mundo Interno de Disney en el Mundo de las personas.
Pero al momento de dejar el estudio de animación de Universal, Disney tuvo que abandonar a este personaje, pues el estudio se había quedado con los derechos de Oswald the Lucky Rabbit.
Aunque muchos lo piensen como algo ridículo, yo creo que a Walt le habrá dolido bastante. Pienso que, para cada persona, cada personaje creado es como un hijo. Un hijo que su legado (todo lo que Disney dejó) logró recuperar unos 84 años después, en el 2006.
¿Cuánto puede doler que te arrebaten un sueño? Supongo que mucho. No, no lo supongo... Estoy segura de que duele mucho.
Y claro, luego vino nuestro querido Mickey Mouse. Y a partir de allí, las cosas para Walt fueron cambiando. Pero de todo lo que hizo, que lo hizo con todo el corazón, sale la frase famosa de "Nunca debemos olvidar que todo comenzó con un ratón". Es como si afirmara que todo comenzó gracias a un sueño, y que los sueños son la base fundamental de lograr cosas en la vida. Y entre esas cosas, lograr lo que uno quiere.
Y también sale la famosa frase "If you can Dream it, you can do it" - "Si puedes soñarlo, puedes hacerlo". A través de los sueños se crean cosas. A través de la Imaginación creamos cosas. Y esas cosas, con trabajo y esfuerzo, se logran llevar a la Realidad.
Gran visionario. Muchas maneras de transmitir lo que llevamos por dentro. Algunos lo hacen a través de la escritura, otros de la pintura... Walt Disney encontró un método, y luego otro, y luego otro. Comenzó con las caricaturas. Simples cortos de animación en blanco y negro. Luego les agregó sonido, y COLOR. Luego, añadió un ingrediente excepcional: la MÚSICA (con sus "Silly Symphonies"). Y siguió con largometrajes. Y continuó con la construcción material de su mundo, lo que hoy conocemos como Disneyland y Disney World.
Es cierto que encontrar otros medios puede parecer complicado. Pero yo creo que si uno tiene las ganas y sabe a dónde quiere llegar, se pueden lograr muchas cosas. Disney quería un mundo de Fantasías, pero no simplemente para sustitur a la Realidad. Yo pienso que lo que él quería era encontrar una forma de que los sueños puedan fundirse con la Realidad, que no sean meras "ilusiones", como mucha gente cree que son. Disney quería producir momentos, sensaciones, experiencias. Pero sobre todo, quería darle a todos algo mágico, la capacidad de creer en cosas, de siempre seguir adelante. "Keep Moving Forward", o como dice en español: "Camina hacia el Futuro". Walt Disney quería producir FELICIDAD.
¿Lo que yo quiero lograr? Crear Fantasías. Enseñarle a las personas que no sólo está la Realidad, sino un Mundo Interno que ellos mismos pueden crear. Algo que pueden construir.
Crear Fantasías, transmitir Fantasías. Mi arma es la Imaginación. ¿Mi medio? El Tiempo me ayudará a descubrirlo. Cada pequeño paso que doy me acerca a lo que realmente voy a ser, y a hacer, como persona. Construyo mi camino, como buena Imagineer.
Sigo tu consejo, Walt. I will keep moving forward... Caminando hacia mi Futuro.
Podrían ser nuestros padres, cómo no. Los míos entran en mi lista. Podría ser un profesor, un vecino, un personaje histórico. Yo hasta admitiría a personajes ficticios (de libros, películas. Ellos también son seres que existen. A su forma, pero existen). Pero esta vez, de mi montón, he querido mencionar a alguien muy especial.
Ladies and Gentlemen... I give you WALTER ELIAS DISNEY. Un Imagineer de primera. Y claro, él fue el primero de todos los Imagineers. El creador máximo de un Mundo que compartió con el resto del mundo. SU MUNDO. Algo que muchas personas (por no decir la mayoría, a mi percepción) no toman en cuenta. La creación de un Mundo Propio.
No sólo por eso. Él hacía una de las cosas que más admiro. Disney CREABA FANTASÍAS. ¿Saben lo que es eso? Crear Fantasías. Ilusiones hermosas con sensasiones intensas. Cosas y situaciones, bellas y feas, que alimentan la Imaginación, y ayudan a que el Alma crezca.
¿Saben? Ese tipo de cosas me gustaría hacer yo. Esa huella que dejó en el mundo nadie más logrará dejarla de la misma forma. Pero... creo que vale la pena intentarlo.
No de la misma forma, no bajo las mismas condiciones. Pero sí el acto y el hecho de CREAR FANTASÍAS.
The deal con la Imaginación es que ayuda a re-crear situaciones, cosas, sensasiones. No es lo mismo que la Realidad, pero funciona. Cuando se logra imaginar al extremo, en el sentido de tratar de ''sentir'', aunque nunca se haya sentido. Tratar de ''oler'', ''saborear'', ''tocar''. Simplemente, tratar.
Y como todo lo "bien trabajado", Disney empezó desde abajo, como animador. Y nos presentó un personaje de su mundo. Alguien muy afortunado, debería agregar.
OSWALD, THE LUCKY RABBIT. Un personaje carismático, y con una personalidad tan... Oswald, porque no hay otra manera de describirlo. Disney lo introdujo a la Realidad. La genté rió con Oswald, lloró con Oswald. Se compadecieron de él, y se alegraron con él. Un pedacito del Mundo Interno de Disney en el Mundo de las personas.
Pero al momento de dejar el estudio de animación de Universal, Disney tuvo que abandonar a este personaje, pues el estudio se había quedado con los derechos de Oswald the Lucky Rabbit.
Aunque muchos lo piensen como algo ridículo, yo creo que a Walt le habrá dolido bastante. Pienso que, para cada persona, cada personaje creado es como un hijo. Un hijo que su legado (todo lo que Disney dejó) logró recuperar unos 84 años después, en el 2006.
¿Cuánto puede doler que te arrebaten un sueño? Supongo que mucho. No, no lo supongo... Estoy segura de que duele mucho.
Y claro, luego vino nuestro querido Mickey Mouse. Y a partir de allí, las cosas para Walt fueron cambiando. Pero de todo lo que hizo, que lo hizo con todo el corazón, sale la frase famosa de "Nunca debemos olvidar que todo comenzó con un ratón". Es como si afirmara que todo comenzó gracias a un sueño, y que los sueños son la base fundamental de lograr cosas en la vida. Y entre esas cosas, lograr lo que uno quiere.
Y también sale la famosa frase "If you can Dream it, you can do it" - "Si puedes soñarlo, puedes hacerlo". A través de los sueños se crean cosas. A través de la Imaginación creamos cosas. Y esas cosas, con trabajo y esfuerzo, se logran llevar a la Realidad.
Gran visionario. Muchas maneras de transmitir lo que llevamos por dentro. Algunos lo hacen a través de la escritura, otros de la pintura... Walt Disney encontró un método, y luego otro, y luego otro. Comenzó con las caricaturas. Simples cortos de animación en blanco y negro. Luego les agregó sonido, y COLOR. Luego, añadió un ingrediente excepcional: la MÚSICA (con sus "Silly Symphonies"). Y siguió con largometrajes. Y continuó con la construcción material de su mundo, lo que hoy conocemos como Disneyland y Disney World.
Es cierto que encontrar otros medios puede parecer complicado. Pero yo creo que si uno tiene las ganas y sabe a dónde quiere llegar, se pueden lograr muchas cosas. Disney quería un mundo de Fantasías, pero no simplemente para sustitur a la Realidad. Yo pienso que lo que él quería era encontrar una forma de que los sueños puedan fundirse con la Realidad, que no sean meras "ilusiones", como mucha gente cree que son. Disney quería producir momentos, sensaciones, experiencias. Pero sobre todo, quería darle a todos algo mágico, la capacidad de creer en cosas, de siempre seguir adelante. "Keep Moving Forward", o como dice en español: "Camina hacia el Futuro". Walt Disney quería producir FELICIDAD.
¿Lo que yo quiero lograr? Crear Fantasías. Enseñarle a las personas que no sólo está la Realidad, sino un Mundo Interno que ellos mismos pueden crear. Algo que pueden construir.
Crear Fantasías, transmitir Fantasías. Mi arma es la Imaginación. ¿Mi medio? El Tiempo me ayudará a descubrirlo. Cada pequeño paso que doy me acerca a lo que realmente voy a ser, y a hacer, como persona. Construyo mi camino, como buena Imagineer.
Sigo tu consejo, Walt. I will keep moving forward... Caminando hacia mi Futuro.
The Creation of New Worlds
Estas palabras fueron nombradas por el cineaste austríaco Fritz Lang, apodado el “Maestro de la Oscuridad” debido a las películas que creó. Su largometraje más famoso fue “Metropolis”.
Habiendo hecho referencia a la persona dueña de la cita, deseo centrarme en las palabras de la frase, con las cuales me siento muy identificada.
A lo largo del tiempo, el ser humano ha ido diseñando distintos instrumentos para crear una especie de estabilidad en su supervivencia. El mundo no le perdona nada al ser humano, y el ser humano debe ingeniárselas para poder caminar sobre éste el mayor tiempo posible.
Sin ir más lejos, aparece lo que se conoce como “tecnología”. La tecnología puede ser desde frotar dos ramas de un árbol para generar fuego a base de fricción, hasta el uso de un tipo de súper computadora que se utiliza para hackear los discos duros de empresas “súper secretas” estilo CIA o FBI de un país tan importante como Estados Unidos, para luego crear una página de Internet estilo Wikileaks, con la cual el dueño está en un constante proceso de incertidumbre entre volverse millonario o vivir en la extrema pobreza, además de ganarse los vítores de unos y las blasfemias de otros por su "trabajo".
Lo que muchos ignoran, o desean con todo su ser querer ignorar, es que las armas son producto de la tecnología. Las guerras son la excusa perfecta para crear artilugios destructivos de gran magnitud, con el único propósito de devastar lo creado sin la menor intención de volver a construir algo nuevo. Es como si se tratase de "el momento ideal para innovar las distintas formas existentes de destruir a aquel que tanto nos molesta" (aunque, hablando claramente, se trata de "innovar las distintas formas de matar"). Destruir es sencillo. Crear… not so much.
Habiendo hecho referencia a la persona dueña de la cita, deseo centrarme en las palabras de la frase, con las cuales me siento muy identificada.
A lo largo del tiempo, el ser humano ha ido diseñando distintos instrumentos para crear una especie de estabilidad en su supervivencia. El mundo no le perdona nada al ser humano, y el ser humano debe ingeniárselas para poder caminar sobre éste el mayor tiempo posible.
Sin ir más lejos, aparece lo que se conoce como “tecnología”. La tecnología puede ser desde frotar dos ramas de un árbol para generar fuego a base de fricción, hasta el uso de un tipo de súper computadora que se utiliza para hackear los discos duros de empresas “súper secretas” estilo CIA o FBI de un país tan importante como Estados Unidos, para luego crear una página de Internet estilo Wikileaks, con la cual el dueño está en un constante proceso de incertidumbre entre volverse millonario o vivir en la extrema pobreza, además de ganarse los vítores de unos y las blasfemias de otros por su "trabajo".
Lo que muchos ignoran, o desean con todo su ser querer ignorar, es que las armas son producto de la tecnología. Las guerras son la excusa perfecta para crear artilugios destructivos de gran magnitud, con el único propósito de devastar lo creado sin la menor intención de volver a construir algo nuevo. Es como si se tratase de "el momento ideal para innovar las distintas formas existentes de destruir a aquel que tanto nos molesta" (aunque, hablando claramente, se trata de "innovar las distintas formas de matar"). Destruir es sencillo. Crear… not so much.
Y aquí es donde entro con las películas. Con ellas se puede destruir, claro que sí. Puedo acabar con la reputación de un determinado personaje de la historia. Puedo hacer que Hitler se vea como un asesino inhumano, con una actitud caprichosa y que jugaba a ser Dios. O puedo hacer que Hitler se vea como un héroe, una persona que sólo se preocupaba por crear una nueva forma de llevar el mundo, buscando el progreso máximo de la raza humana, deshaciéndose de aquellos que estuvieran en contra del ideal humano que él tanto profesaba.
Puedo destruir culturas o crear nuevas, tal y como hizo Tolkien con sus libros de “El Señor de los Anillos”. Con todo lo que implica realizar una película, puedo hacer que una persona seria sienta compasión por un determinado personaje. Puedo hacer que la gente SE SIENTA IDENTIFICADA con un villano, para que luego lo odien, y LUEGO REFLEXIONEN.
Gracias a esas historias fantásticas, uno puede lograr que el público desee adentrarse a esos mundos inventados, ser parte de los nativos, compartir sus costumbres y aventuras. Los personajes pueden inspirar a muchas personas. Los hechos pueden hacer reflexionar a muchos otros. Y la espera de un futuro incierto les hace actuar de manera distinta, acercándolos a su destino, o incluso alejándolos de él.
Un Arquitecto es importante: construye viviendas y ciudades y hospitales y escuelas… Si hace un cálculo mal, el edificio se puede derrumbar y puede matar a mucha gente.
Un Médico es muy importante: cura enfermedades, previene que se propaguen, ayuda a que uno se sienta mejor con su cuerpo y su mente. Si se descuida en su praxis, un Médico puede matar a mucha gente.
Pero un Comunicador Social… Admito que no me entusiasma la carrera, pero es lo más accesible que tengo a lo que quiero lograr. Y no me arrepiento. Es el camino que escogí. Y si lo escogí, es por algo. En caso de equivocarme, la culpa sería sólo mía y de nadie más.
Veámoslo desde este punto de vista. ¿Qué tanto cambio puede efectuar un Comunicador Social?
…Muchos. Un Periodista, si no dice la verdad en una noticia, puede crear hasta guerras. Ese fue el caso de William Hearst, un periodista estadounidense que, debido a sus publicaciones amarillistas en 1898, fue causante de la creación de una guerra en Cuba. Y todo por una noticia amarillista que había escrito, apelando a los sentimientos de las personas, manipulando sus pensamientos a su gusto para lograr un objetivo ya planteado. Y por esa guerra, hubo conflictos internacionales con España, Estados Unidos y Cuba.
O apréciese bien el caso de Orson Welles con “War of the Worlds” – “La Guerra de los Mundos”, una novela de H. G. Wells adaptada para su transmisión por radio en octubre de 1938. La radionovela fue transmitida a modo de noticia por la emisora del CBS. A pesar de que a inicios del programa y durante otras pausas, se había aclarado que la historia era una adaptación de la novela de Wells, se ha de saber que la radio es un medio de comunicación fugaz, es decir, que no repite lo que se ha dicho anteriormente. Lo que llevó al caso de que varios oyentes encendieran sus radios a mitad de la radionovela, sin tener conocimiento de las aclaratorias de la emisora. Y allí comenzaron los problemas. Esos oyentes creyeron que se trataba de noticias reales, y el pánico se desató en las ciudades de Nueva York y Nueva Jersey específicamente. La gente comenzó a huir despavorida de la ciudad. Muchos hasta se suicidaron por temor a los ataques marcianos. Claro está que, al día siguiente, muchas personas salieron a reclamar la responsabilidad de Welles, quien se disculpó por la broma de Halloween.
Está más que sobreentendido que, al momento de cometer un error o no ser verídico con lo que se expresa, el Comunicador Social ha de aceptar las consecuencias y rectificar. De lo contrario, pierde su status y credibilidad.
A lo que me refiero es que un Comunicador Social también tiene vidas en sus manos. Puede manipularlas, pero también puede llevarlas a su perfección. Puedo terminar de destruir un país, pero también puedo ayudarlo a resurgir de la miseria y lograr convertirse en una potencia mundial.
Y ante esto respondo a alguien muy cercano de una manera algo ruda: “¡Pues lamento mucho no estar estudiando una profesión que mate gente!”. Vale. No es que me entusiasme demasiado la idea de tener vidas en mis manos y poder controlarlas. Tampoco la idea de cambiar la manera de pensar de las personas. Para ello ya hay muchos otros incompetentes. Además de la existencia de personas que buscan inculcar valores reales a las personas, pero éstas solo piden que se les cuente “El Cuento del Gallo Pelón” (do you catch my drift in here?).
Entonces, tecnología: una herramienta bastante útil e innovadora. Nunca deja de avanzar. Siempre sale algo nuevo. ¿Bueno? Dependiendo de cómo se use, claro está. Como siempre, el ser humano buscará hacerse el mayor daño posible con ella. No entiendo por qué... (Sarcasmo, por si acaso).
Crear nuevos mundos... Hay varias formas de hacerlo. Si bien puede que no llegue a tener influencia en este mundo, ASPIRO A HACER TEMBLAR A LAS PERSONAS CON MIS CREACIONES, después de todo cada persona es un mundo. O incluso un universo. Cada quién sabe lo que tiene en su cabeza. No ocurre lo mismo con lo que no saben.
Fritz Lang habla de algo tan maravilloso como es la tecnología. En esta vida toca algo como la Física, la Química, la Computación y otras cosas más. Para otros lugares, la tecnología podría haberse desarrollado por otro lado, como en Magia, Robótica Avanzada o incluso en Alquimia.
CREAR HISTORIAS QUE PUEDAN ALIMENTAR EL ALMA DE LAS PERSONAS, que les haga sentir cosas que nunca antes sintieron. Que lloren, rían y griten. Que se asusten, que se complazcan y se asqueen de lo que ven. Que se descepcionen o que caigan en el amor. Todo eso quiero lograr en las personas. ¿A través de las películas? Sólo el tiempo lo dirá.
Lo que sí es que, algún día, espero tener estos efectos deseados en las personas. Si lograra esto aunque sea en una sola persona... habré logrado mis objetivos.
Influir en las personas... ¿Quién no querría algo así? Influir en sus almas bajo el sentido de ayudarles a crear mundos nuevos, de que cada noche que se acuesten en sus camas no duerman para descansar, sino más bien para soñar (como bien ha mencionado en vida mi querido Walt Disney). Si... Deseo ser el pequeño cuento de hadas que haga que cada persona sueñe durante toda su vida, incluso estando despiertas.
"2001: Odisea Espacial"
La historia se maneja en distintos períodos de la vida terrestre, comenzando con la época prehistórica, en la que se puede notar las condiciones de vida precarias de los seres más desarrollados hasta los momentos en el planeta: primates humanoides.
Se presenta a Moon-Watcher, el líder de una tribu que lucha diariamente por sobrevivir. Ya desde el comienzo, hay señales de que este personaje tiene una capacidad de pensamiento, aunque primitiva, más avanzada que la de sus compañeros, situación que se evidencia en varias escenas, cuando Moon-Watcher ve la luna por las noches, piensa a qué distancia se encontrará y las formas de poder alcanzarla y tocarla con la mano.
Esta especie de humanos arcaicos muestra una serie de características en su personalidad similares a las del humano contemporáneo, aparte del sentido de supervivencia. Entre ellos se puede notar un indicio de sentido de familia, donde los integrantes de la tribu se reúnen en un mismo lugar para descansar, van en conjunto a buscar comida, y se defienden entre ellos de los enemigos, ya sean depredadores u otras tribus de raza mono-humanoide.
Se cuenta que al momento de morir un integrante de la tribu, ya sea por inanición, asesinato por otros animales o simple vejez, sus compañeros toman su cuerpo y lo llevan a unos matorrales, donde saben que criaturas carroñeras consumirán lo que quede de su cuerpo. Esta escena llama la atención, porque pareciera ser una especie de ritual “religioso”, utilizando ese lugar en específico como una especie de cementerio.
La escena en que la tribu se consigue con el monolito, es el primer contacto, o indicios de sospecha, que el lector tiene con lo que se podría nombrar como “civilización extraterrestre”. Más allá de la comprensión que los primates humanoides puedan llegar a tener de este objeto (por más primitivo que sea dicha comprensión), cabe resaltar la importancia de esta escena, pues narra lo que pareciera ser un control de algún tipo de experimento realizado por inteligencias superiores, generando cambios imperceptibles en el comportamiento físico y mental de estas criaturas prehistóricas.
Una de las influencias que tuvo este objeto en la tribu es darles una suerte de raciocinio más avanzado, que les permitiese comprender que podían defenderse de los depredadores y demás enemigos mediante el uso de herramientas (como las piedras y los huesos), además de nuevos caminos para alimentarse, descubriendo que la carne también les es beneficiosa, y que sus períodos de hambre por la escasez habían acabado (debido a que antes sólo consumían alimentos vegetales).
Con esto se da el primer paso al desarrollo evolutivo del ser humano. Y luego, se da un salto abismal de tres millones de años después, hacia el año 1999. El cambio que se da de un pasado prehistórico a un futuro tecnológico avanzado es un tanto brusco. Escenas de la historia conocida han ocurrido, y llegamos a una época donde los avances científicos son lo primordial, notando el intenso interés de este más desarrollado ser humano de descubrir y alcanzar nuevos logros. Bastante se había alcanzado: el ser humano había realizado viajes al espacio, orbitado alrededor de la Tierra, y construido bases espaciales en la Luna.
Es cuando se introduce al doctor Heywood Floyd, un astrofísico que es solicitado en una estación en la Luna, para discutir un tema por los momentos confidencial, pero notablemente importante para las agencias de aeronáutica norteamericanas.
Una vez en la Luna, Floyd conoce a la hija del director de la base: una niña de cuatro años, pero que pareciera tener al menos ocho, consecuencia de la baja gravedad del satélite natural comparado a su planeta madre. Al observarla, el astrofísico hace una reflexión de importancia, analizando la actitud de la niña hacia el planeta Tierra, denotándolo como un lugar desagradable y llena de gente, un lugar al que nunca le gustaría ir. Con esto, Floyd comprende que, a medida que el hombre se vaya esparciendo por el Sistema Solar, las nuevas generaciones que llegaran a nacer sentirían repulsión hacia el planeta origen de su especie, pues ya no sería el único lugar donde el ser humano pudiese vivir. Ya la Tierra no era indispensable: la vida humana podía seguir manteniéndose en otros planetas.
En la escena en que Floyd inspecciona el monolito encontrado en la Luna, se da un acontecimiento interesante. El objeto encontrado data de más de tres millones de años de existencia, afirmación que genera intriga en los científicos que lo estudian. Pero algo más ocurre. Al momento en que el sol toca el monolito, se activa una especie de alarma que aturde a todos los presentes. Desconociendo el motivo, los investigadores lograron determinar que la señal del monolito fue enviada a una de las lunas del planeta Saturno.
Dos años después, la nave espacial Descubrimiento parte a una misión, la cual consiste en ir a explorar las lunas y los anillos de Saturno. A bordo van cinco personajes, de los cuales tres tienen la mayor relevancia: los astronautas David Bowman y Frank Poole, y el programa computarizado Hal 9000. (El resto de los personajes a bordo no son importantes, ya que se encuentran en estado de hibernación dentro de la nave, por lo cual no intervienen directamente en los acontecimientos de la historia).
La vida de los astronautas en la Descubrimiento es llevada bajo un régimen de rutina, pues han de mantener el orden del viaje para que la misión salga a la perfección. Ante esto, se nota el poco contacto humano como tal de ambos astronautas.
Frank Poole es un hombre de edad mayor. No hay muchas descripciones que permitan determinar su personalidad. Lo más notable es la escena, momento más avanzado en la misión, en la que recibe un mensaje transmitido desde la Tierra, en el cual se menciona un posible fallo de Hal. Poole mantiene un carácter inexpresivo ante esto, y como buen astronauta, pensó fríamente la forma de solventar el problema. Pero al final termina a la deriva en el espacio, situación que se explicará más adelante.
Hal 9000 es el programa de computadora más avanzado que el ser humano ha creado a lo largo de la historia. Es una súper máquina capaz de hacer múltiples cálculos matemáticos en poco tiempo. Su programación está realizada de una forma que pareciera ser casi humano, sobre todo por su forma de comunicarse con las personas. Incluso se menciona que Hal está en la capacidad de realizar todas las funciones mecánicas de un cerebro humano. He aquí el primer paso de un ser con inteligencia artificial, uno de los mayores y más esperados logros de la raza humana, sobre todo por la importante afirmación de que Hal es un ser consciente, es decir, tiene consciencia de lo que es, de sus funciones y de lo que es capaz de lograr.
Tal como lo describe Bowman, Hal es el sistema nervioso de la nave espacial, pues es quien lleva el control de la misión, y maneja los elementos de supervivencia de los pasajeros humanos a bordo, además de que es él quien mantiene comunicación constante con la Tierra.
Lo que más llama la atención es la evolución que tiene Hal en su “personalidad” a medida que la misión va avanzando. Ante esto, cabe aclarar que la misión de exploración de la Descubrimiento no es la verdadera misión. La verdadera intención del viaje era buscar el posible receptor de la señal enviada por el monolito de la Luna dos años atrás, y el único que lo sabía (aparte de los personajes que estaban en hibernación) era Hal, y tenía órdenes específicas de no comentar nada con los astronautas a bordo.
En un determinado momento, las formas de operación de Hal se van deformando: ya no responde a las órdenes de los astronautas, sus contestaciones verbales toman más tiempo de lo normal, y discute las decisiones de David Bowman. Es como si Hal comenzara a tener un pensamiento propio, acompañado por un desarrollo elevado de consideración propia de tomar las decisiones relacionadas con la misión y con los pasajeros de la Descubrimiento.
Una escena alarmante es cuando Hal manda al espacio el cuerpo inconsciente de Frank Poole cuando éste estaba arreglando la antena que mantenía el vínculo de comunicación de la nave con la Tierra.
Esto se da debido a la creciente tensión de Hal sobre su tarea de ocultar la verdad a dos personas con las que constantemente tiene contacto, lo que hace que el terror lo invada, llevándole a cometer dos actos que podrían denotarse como “irracionales”, pero que, al analizarse un poco más a fondo, resultan reacciones similares a las que hubiera tomado un ser humano común en una situación parecida. La primera es la ya mencionada acción de abandonar a Poole en el espacio. La segunda fue la causante de la primera, la cual fue cortar todo contacto con las personas de la Tierra que le ordenaron ocultar la verdad.
Los pensamientos de Bowman ante esta realidad era que Hal había desarrollado una personalidad homicida, pensamiento que se acentúa luego de que Hal asesinó a su vez a los miembros de la tripulación que se hallaban en estado de hibernación. Este hecho se ve reforzado cuando la línea de pensamiento de Hal le llevó a la conclusión de que él podía llevar la misión adelante perfectamente sin la ayuda del resto, lo que le guía a recapacitar la posibilidad de deshacerse de la molestia que representan los humanos.
La personalidad casi humana de Hal tiene nuevamente evidencia durante su desconexión “cerebral” por parte de Bowman, cuando le advierte al astronauta que si seguía con eso, su mente se tornaría “infantil”. Aquí se puede notar un ligero tono de miedo en la voz de la computadora, pues como bien se describe anteriormente, Hal no necesita dormir para continuar con su funcionamiento, y su desconexión le era equivalente a la muerte, sin el conocimiento de que puede volver a ser conectado, es decir, que tiene la posibilidad de volver a despertar.
David Bowman es un hombre que demuestra tener una personalidad firme. Como buen astronauta, mantiene la mente fría y lógica ante situaciones extremas. Una cadena de hechos se detona cuando Hal “asesina” a Poole. Bowman ha de buscar la manera de desconectar la súper computadora sin que ésta se entere. Pero un nuevo problema se presenta cuando Hal asesina al resto de la tripulación, situación de la cual Bowman logró salvarse por poco. Ante la desconexión de Hal, Bowman es el único ser viviente que queda en la nave, con la intención de continuar con la misión.
Aquí entra lo que sería el elemento más importante de la historia, vinculado estrechamente con lo todo lo que implica el viaje: el espacio, palabra que tiene como sinónimo la expresión de “el vacío”, “la nada”. Es un lugar donde el silencio predomina, donde ningún sonido se puede transmitir debido a la falta de atmósfera. Un lugar donde ninguna voz, ni siquiera la humana, podrá comunicarse jamás, ni siquiera para pedir auxilio en caso necesario.
El espacio, a pesar del sol, las estrellas y los planetas, es una zona oscura, expansiva y fría, asociada fuertemente al sentimiento de soledad y lejanía del hogar. Estar en él es adentrarse a lo desconocido, a lo misterioso, a la posibilidad de encontrarse con lo menos pensado. Es como la zona en donde la mente humana puede enfrentarse a hechos que sólo en su imaginación ha percibido. Incluso puede encontrarse con cosas que desafíen esa imaginación. Con todo esto, queda claro que estar en el espacio lleva a varias premisas, entre las cuales está adentrarse a un mundo nuevo, abandonar el hogar, la familia, los amigos y todo lo conocido, ir a un viaje del cual posiblemente nunca se pueda regresar, emprender un camino donde posiblemente, por no decir lo más probable, es que termine en la muerte.
Una vez que Bowman queda solo en la Descubrimiento, entra nuevamente el elemento de supervivencia que se comentó al inicio: David tenía que tratar de mantenerse con vida luego de todos los problemas que abarcó Hal en cuanto a daños a la nave, pérdida de reservas de oxígeno y de alimento. Nuevamente, entra el elemento de la rutina, con el cual Bowman puede asegurarse, en cierto modo, un control en su persona, evitando así la desesperación y la posible locura que la soledad puede causar en las personas.
Al llegar a las lunas de Saturno, la admiración por lo desconocido se acentúa, sobre todo en alguien como Bowman, pues al ser astronauta, se indica que es una persona que busca el misterio, que se maravilla con él, y que eso es lo que desea encontrar en su viaje, pues la maravilla de lo nuevo compensa el peligro de la trayectoria. Es aquí cuando David tiene conciencia de que su viaje a llegado a su fin, y que no hay vuelta atrás.
La siguiente escena de importancia es cuando Bowman se enfrenta al monolito de la luna saturniana Japeto. Transmitiendo mensajes a la Tierra sobre sus observaciones, David termina con una frase de admiración que tuvo trascendencia en toda la historia: “¡Oh, Dios mío… está lleno de estrellas!”.
El monolito resultó ser la “Puerta de las Estrellas”, la cual transportó a Bowman a otros extremos del universo, donde fue recibido en un ambiente conocido para él, con la intención de infundirle calma. Ante este espécimen diferente, se puede notar nuevamente la presencia de inteligencias superiores que experimentan con este organismo, utilizando nuevamente un monolito como herramienta de exploración. Bowman tiene consciencia de que está siendo examinado por seres superiores, y su principal sentimiento es el de no defraudarlos, demostrar que él si vale la pena, que puede llegar a ser un ente inteligente, aunque sea en menor grado. Y pareciera que David pasó la prueba, pues le fue permitido avanzar a nuevos niveles de evolución como ser, fundiéndose con la existencia del universo, llegando a perder su corporalidad para convertirse en un ente abstracto, de pensamiento, de luz. Bowman, posiblemente, ha podido alcanzar la capacidad máxima y más pura de evolución que un ser humano pueda llegar a obtener jamás.
Era un ser esencialmente pensante, sin las molestias que implica estar encerrado en un cuerpo (como tener hambre o tener frío). Un ser que es capaz de tener todo el conocimiento existente, debido a que tiene la posibilidad de viajar a todos los extremos del universo, además de poseer todo el Tiempo del universo, ya que es un ser inmortal. Y tiene consciencia de su superioridad, siendo bautizado como “el hijo de las estrellas”, una criatura que es del universo, pertenece a él y en él reside y residirá por toda la eternidad. Se puede agregar que, durante su “evolución”, David Bowman estaba experimentando un gran miedo por lo que le depararía el futuro. Y esto es algo completamente normal, después de todo, pareciera estar “programado” en todo ser humano el miedo a lo desconocido. Pero lo que se podría razonar de esta situación es el miedo que se tiene de ir más allá, de convertirnos en algo más avanzado de lo que somos, porque nunca sabremos cómo terminaremos, qué tanto cambiaremos, y si alguna vez volveríamos a tener contacto con lo que nos es tan conocido, todo lo que nos tranquiliza porque ha formado parte de nosotros, ya sea el aspecto físico, la materialidad que nos rodea, e incluso la misma forma de pensar.
“2001: Una Odisea Espacial” abarca temas de gran importancia. Primero está la demostración del avance tecnológico y veloz de la sociedad humana, tanto así que lograron expandirse por el espacio, e incluso vivir en otros planetas, expandiendo la raza humana por el territorio del Sistema Solar.
Otro tema de gran importancia es el viaje por el espacio, las dificultades que conlleva sobrevivir por grandes períodos de tiempo (meses e incluso años). La actitud de los viajeros espaciales ante situaciones extremas y problemas sorpresivos, momentos cuando, según su entrenamiento, han de mantener la calma, pensar fría y lógicamente, y solucionar los inconvenientes de forma rápida y eficaz para evitar que vuelva a ocurrir.
También se incluye la existencia de una máquina que tiene la capacidad de pensar como un ser humano, y que bajo situaciones determinadas, pudo llegar a desarrollar una personalidad que no le fue programada, cosa que lleva a pensar que tuvo una especie de transformación radical, llegando a parecer casi un ser humano más. Y por supuesto, el tema que podría considerarse más importante: la evolución humana, relacionado estrechamente con la posible existencia de seres superiores, o incluso de un Dios.
Se plantea que los seres humanos son experimentos realizados por una civilización de razas de al menos tres millones de años más desarrolladas que los humanos. Esto trae un conflicto de la existencia de Dios, pues se niega completamente al decir que la aparición de vida en la Tierra y su desarrollo estuvo en manos de esta raza superior. Se le llama “Odisea”, porque es un viaje que tiene gran relevancia en un personaje en específico, en este caso el astronauta David Bowman, quien es el primer ente humano en sufrir el proceso de evolución que le indicaba, llegando a trascender a tal grado que llega a ser uno con todo el Universo que le rodea, transformándose en un ser más puro (porque es un ente de pensamiento, de luz, por así decirlo), inmaterial e inmortal.
La forma de redacción que lleva la historia es bastante descriptiva, sobre todo cuando se está hablando de los objetos existentes en el espacio, como los planetas, las lunas y las estrellas. Esto le da al lector una imagen clara de lo vasto pero hermoso que es el universo, según las palabras del autor. También es bastante descriptivo con las ejecuciones profesionales de los personajes, como por ejemplo cuando Poole está revisando el dispositivo de transmisión de la antena que apunta a la Tierra; se explica paso a paso lo que el personaje está llevando a cabo, el porqué de esa tarea, incluyendo los pensamientos del mismo personaje.
La idea planteada por el autor al principio, de que más allá de lo que conocemos de nuestro pequeño Sistema Solar, hay millones de estrellas que, seguramente, guardan vida en su seno. Pero, “¿por qué no han acontecido ya tales encuentros, puesto que nosotros mismos estamos a punto de aventurarnos en el espacio?". Menciona Clarke que, en algún momento de la historia, este encuentro entre especies dispersas en el universo llegue a darse. Hoy en día es como si se estuviera hablando de un futuro pretérito, un futuro que nunca fue, pues el año 2001 vino y se fue, sin los grandes avances y logros que Clarke mencionó en su odisea.
Aunque lo que más llamaría la atención de lo que menciona el autor es su afirmación de que “por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo”, denotando que cada alma humana (por así decirlo) que no esté en la Tierra como ente corporal, se halla como ente de luz en el espacio, con su pensamiento fundido con ese vacío oscuro y silencioso. Es como si se diera una especie de esperanza de que el hombre, sea como sea, logrará ser eterno, teniendo como finalidad ser uno con el universo que le otorgó existencia.
(Análisis de la obra literaria "2001: Odisea Espacial", de Arthur C. Clarke)
Construcción de Personalidad
Para algunos no es un misterio que ando metida en un grupo de teatro amatéur. Se trata del Grup Escènic del Centre Catalá. Entré al grupo en el año 2008, conociendo a su nuevo director, el argentino Eduardo Gulino. A lo largo de estos cinco años, el grupo ha ido creciendo y se ha ido transformando. Pero de eso hablaré en otro momento.
Para la obra que estamos realizando, "Cuestión de Principios" de Roberto Fontanarrosa, me tocó realizar el personaje de la hija de Adalberto Castilla. Dentro de nuestro trabajo como actores, realizamos un taller de "Construcción de Personalidad del Personaje". Se trata, como bien dice su nombre, de crearle una personalidad al personaje que representamos en la obra, y tratar de acoplarnos a ella para producir credibilidad en el público al momento del "performance". Lo que se busca es crear una congruencia entre lo que piensa, siente y cómo actúa el personaje.
Para ello, se nos pidió hacer una especie de biografía de nuestros personajes, de cómo fue su vida desde un inicio hasta momentos antes de su intervención en la obra. A su vez, se pide describir cómo es la relación de nuestro personaje con aquellos con los que tenemos un contacto directo en la historia. Bueno, aquí presento yo la biografía de la hija de Adalberto Castilla.
"Nací en un hogar pequeño, pero lleno de cariño. No fui al colegio más caro, pero sí a uno público muy bueno.
Mi mamá siempre me contaba sus cosas. No me molestaba escucharla. Ella, en ocasiones, me escuchaba a mi, y me daba uno que otro consejo.
Mi papá era algo reservado, aunque nunca faltaba que me dedicara una mirada de cariño. Después de todo, yo era su niña pequeña.
Me iba bien en los estudios, aunque no era una alumna sobresaliente.
Nunca le exigí a mis padres ningún capricho. No había el capital suficiente para ello. Pero mi único capricho eran las galletas de vainilla de mamá y los abrazos de papá. A mamá no le importaba, pero papá siempre fue difícil al demostrar cariño físico, con quien fuese. Más de una vez me quedé viéndolo con cariño, dándole a entender que no tenía importancia.
Traté de no dar problemas de adolescente, pero me di cuenta que, cada vez más, mi carácter fuerte no podía evitar combatir con el de papá.
Años me había hecho obedecer sus reglas estrictas. Y años me tomó darme cuenta que, si bien algunas eran comprensibles (hay muchos jóvenes rebeldes hoy en día por falta de padre), muchas ya me parecían una exageración e intento de control absoluto por parte de él. A los diecisiéte me di cuenta que esto también era producto de jóvenes rebeldes.
No es que yo fuese rebelde como tal, pero el hecho de que alguien quisiese imponerse de tal forma sólo porque sí, no me parecía suficiente. Sí, era mi padre. Pero yo era casi una adulta. En algún momento tendría que darse cuenta que para aprender ciertas cosas, había que darse trancazos en la vida. He de confesar que, en ocasiones, me golpée la cabeza contra la pared a propósito, y traté de levantarme. Era mi forma de decirle: “Sí, me equivoqué. Sí, me dolió. ¡Pero mira cómo sigo adelante yo solita! ¿No te parece que ya va siendo hora?”.
Pero el reloj de mi padre sólo servía para saber cuándo salir de la casa y llegar puntual al trabajo. A veces salía una hora antes, cuando sólo necesitaba media hora para llegar a la oficina. En ocasiones, me provocaba gritarle: “¿Qué importa que llegues cinco minutos tarde? ¡Has algo irresponsable por primera vez en tu vida, así sea en menor grado!”. Pero cada vez que lo veía allí parado, bien vestido y arregladito, y despidiéndose dulcemente de mamá... Bueno, mi corazón no podía evitar derretirse de ternura.
El hecho de que mamá me contara sus inquietudes, me hacía sentir plena: ella confiaba en mí y en mi criterio cuando me preguntaba “¿Qué crees que debería hacer?”. Pero en múltiples ocasiones, su chismerrío me agotaba de sobremanera. Tanto, que a veces me inventaba alguna excusa para escaparle un poco.
El verdadero conflicto comenzó luego de graduarme del colegio. A mis dieciócho años, no tenía idea de lo que quería hacer con mi vida. Le dije a mis padres que no quería estudiar ninguna carrera. Su cara de descepción me dolió en el fondo del alma, pero “hicieron” que comprendían mi situación. Mamá me dijo que era demasiado lista como para saber en qué ocuparme. Era una mentira, pero el consuelo perfecto para ella. Papá me exigió de manera un tanto cariñosa (es decir, con dificultad), que si no quería estudiar, que trabajase. Me pareció justo.
Aunque desfilé por al menos una docena de empleos menores diferentes. Mamá decía que la razón se debía a que yo era muy inquieta. Yo pensaba que la razón era que todo aquello me fastidiaba profundamente.
Con veintitantos años, nuestras diferencias han ido en un profundo “crescendo”. Al principio, eran simples discusiones de dos pensamientos distintos. Pero con el tiempo, era evidente que un perro y un gato eran los mejores amigos comparados con nosotros.
Era como si todo lo que yo era le molestara: mi deseo ferviente de proteger el ambiente, mi desprecio por las ideas políticas y las leyes civiles, mi falta de vocación...
Yo me aguantaba lo más posible. Primero, porque no tenía adónde ir: aquel era mi hogar. Segundo, por el amor fraternal: mi hermano Rolito, la posibilidad de partirle el corazón a mi madre si me iba, y el cariño que le tenía a mi padre, a pesar de todo. Entendía que le horrorizaba el cambio de su niña pequeña, que ya era una mujer. Pero ese entendimiento, poco a poco, se iba desvaneciendo.
Rolito es mi hermano menor, y aunque es adoptado, lo adoro con toda mi alma. Pero siempre me preocupó un poco su actitud apática ante ciertas cosas. Aunque él era el único a quien no le importaba mi forma de ser.
Mamá siempre buscaba defenderme ante papá cuando yo no estaba en el campo de visión. Porque cuando él y yo nos bombardeábamos el uno al otro, éramos los únicos en la zona de batalla. Y cuando papá no estaba, mamá me interceptaba y me pedía que no lo provocara y que intentara ser más comprensiva.
Mamá era como un intermediario que actuaba como sedante ente ambas partes: no podía elegir bando, y le dolía nuestra relación. Yo lo notaba en su mirada y en su tono de voz.
Luego de tanto buscar, logré encontrar mi verdadera pasión: la música. Todas esas armonías, ritmos y acordes hacían vibrar mi espíritu y mi cuerpo de un modo que ninguna otra disciplina había logrado. Otro disgusto familiar. Al menos mamá se conformó con que estudiara algo. Pero papá se ocupó de dejar en claro de mil maneras distintas mi precario futuro lleno de miseria y poco éxito. Gracias por el aliento, papá.
Cuando conocí a Ricardo, sentí que había encontrado a mi compañero de vida. Éramos muy parecidos, y nos gustaban las mismas cosas. También le apasionaba la música, y tocaba el género Grunge con su grupo. Algo que apenas estaba surgiendo, pero que parecía prometedor.
No recuerdo qué fue lo que pasó exactamente, y tampoco cómo. Siempre, el amor que le tenía a mi padre era más fuerte que los disgustos que nos dábamos entre nosotros. Pero al parecer, ese amor ya no fue suficiente ante un hecho determinado. Tenía que huir de esa dictadura. Y me fui de la casa.
Ricardo y yo vivimos juntos en un pequeño piso que pagamos entre los dos. Yo continué estudiando música, y cada día iba aprendiendo más y afianzando mi pasión de la vida.
Estaba al tanto que mi huida le fue indiferente a mi papá, y eso me dolió en el alma; era definitivo, ya no era más su adorada niña pequeña. Ahora era una Castilla rebelde, fuera de las leyes de la familia. Una especie de desertora.
Efectivamente, le rompí el corazón a mi mamá con mi ida. Por ello, voy a visitarla siempre que puedo a la casa, por las tardes. Charlamos bastante. Yo le cuento mis cosas, y ella a mi las suyas, hasta los chismes. Pero ya no me invento ninguna excusa para no oírla: el simplemente estar con ella me llena, y consuela la tristeza de todo el tiempo que no estoy en la casa.
Me siento en la obligación de ayudar un poco con el hogar, de cualquier manera. Todavía hay un menor en la casa, y papá aún no ha recibido un aumento después de tantos años (cosa que, más tarde, mamá me aclaró que nunca quiso pedirlo, el muy orgulloso). Por ello, siempre llevo algo: un poco de verdura, algo de pan, un dulce para Rolito,...
Siempre intento irme antes de que papá llegue del trabajo. No quiero encontrármelo, por el hecho de no querer iniciar una discusión.
Lo extraño, y lo quiero mucho. Pero, aunque yo sea su hija y tenga ciertos rasgos de él, no pensamos igual, y nuestras creencias chocan. Supongo que ya llegamos al punto donde no podamos ponernos de acuerdo en nada. Y con ello, nuestra relación padre e hija se pierde en una imposible reconciliación."
Para la obra que estamos realizando, "Cuestión de Principios" de Roberto Fontanarrosa, me tocó realizar el personaje de la hija de Adalberto Castilla. Dentro de nuestro trabajo como actores, realizamos un taller de "Construcción de Personalidad del Personaje". Se trata, como bien dice su nombre, de crearle una personalidad al personaje que representamos en la obra, y tratar de acoplarnos a ella para producir credibilidad en el público al momento del "performance". Lo que se busca es crear una congruencia entre lo que piensa, siente y cómo actúa el personaje.
Para ello, se nos pidió hacer una especie de biografía de nuestros personajes, de cómo fue su vida desde un inicio hasta momentos antes de su intervención en la obra. A su vez, se pide describir cómo es la relación de nuestro personaje con aquellos con los que tenemos un contacto directo en la historia. Bueno, aquí presento yo la biografía de la hija de Adalberto Castilla.
"Nací en un hogar pequeño, pero lleno de cariño. No fui al colegio más caro, pero sí a uno público muy bueno.
Mi mamá siempre me contaba sus cosas. No me molestaba escucharla. Ella, en ocasiones, me escuchaba a mi, y me daba uno que otro consejo.
Mi papá era algo reservado, aunque nunca faltaba que me dedicara una mirada de cariño. Después de todo, yo era su niña pequeña.
Me iba bien en los estudios, aunque no era una alumna sobresaliente.
Nunca le exigí a mis padres ningún capricho. No había el capital suficiente para ello. Pero mi único capricho eran las galletas de vainilla de mamá y los abrazos de papá. A mamá no le importaba, pero papá siempre fue difícil al demostrar cariño físico, con quien fuese. Más de una vez me quedé viéndolo con cariño, dándole a entender que no tenía importancia.
Traté de no dar problemas de adolescente, pero me di cuenta que, cada vez más, mi carácter fuerte no podía evitar combatir con el de papá.
Años me había hecho obedecer sus reglas estrictas. Y años me tomó darme cuenta que, si bien algunas eran comprensibles (hay muchos jóvenes rebeldes hoy en día por falta de padre), muchas ya me parecían una exageración e intento de control absoluto por parte de él. A los diecisiéte me di cuenta que esto también era producto de jóvenes rebeldes.
No es que yo fuese rebelde como tal, pero el hecho de que alguien quisiese imponerse de tal forma sólo porque sí, no me parecía suficiente. Sí, era mi padre. Pero yo era casi una adulta. En algún momento tendría que darse cuenta que para aprender ciertas cosas, había que darse trancazos en la vida. He de confesar que, en ocasiones, me golpée la cabeza contra la pared a propósito, y traté de levantarme. Era mi forma de decirle: “Sí, me equivoqué. Sí, me dolió. ¡Pero mira cómo sigo adelante yo solita! ¿No te parece que ya va siendo hora?”.
Pero el reloj de mi padre sólo servía para saber cuándo salir de la casa y llegar puntual al trabajo. A veces salía una hora antes, cuando sólo necesitaba media hora para llegar a la oficina. En ocasiones, me provocaba gritarle: “¿Qué importa que llegues cinco minutos tarde? ¡Has algo irresponsable por primera vez en tu vida, así sea en menor grado!”. Pero cada vez que lo veía allí parado, bien vestido y arregladito, y despidiéndose dulcemente de mamá... Bueno, mi corazón no podía evitar derretirse de ternura.
El hecho de que mamá me contara sus inquietudes, me hacía sentir plena: ella confiaba en mí y en mi criterio cuando me preguntaba “¿Qué crees que debería hacer?”. Pero en múltiples ocasiones, su chismerrío me agotaba de sobremanera. Tanto, que a veces me inventaba alguna excusa para escaparle un poco.
El verdadero conflicto comenzó luego de graduarme del colegio. A mis dieciócho años, no tenía idea de lo que quería hacer con mi vida. Le dije a mis padres que no quería estudiar ninguna carrera. Su cara de descepción me dolió en el fondo del alma, pero “hicieron” que comprendían mi situación. Mamá me dijo que era demasiado lista como para saber en qué ocuparme. Era una mentira, pero el consuelo perfecto para ella. Papá me exigió de manera un tanto cariñosa (es decir, con dificultad), que si no quería estudiar, que trabajase. Me pareció justo.
Aunque desfilé por al menos una docena de empleos menores diferentes. Mamá decía que la razón se debía a que yo era muy inquieta. Yo pensaba que la razón era que todo aquello me fastidiaba profundamente.
Con veintitantos años, nuestras diferencias han ido en un profundo “crescendo”. Al principio, eran simples discusiones de dos pensamientos distintos. Pero con el tiempo, era evidente que un perro y un gato eran los mejores amigos comparados con nosotros.
Era como si todo lo que yo era le molestara: mi deseo ferviente de proteger el ambiente, mi desprecio por las ideas políticas y las leyes civiles, mi falta de vocación...
Yo me aguantaba lo más posible. Primero, porque no tenía adónde ir: aquel era mi hogar. Segundo, por el amor fraternal: mi hermano Rolito, la posibilidad de partirle el corazón a mi madre si me iba, y el cariño que le tenía a mi padre, a pesar de todo. Entendía que le horrorizaba el cambio de su niña pequeña, que ya era una mujer. Pero ese entendimiento, poco a poco, se iba desvaneciendo.
Rolito es mi hermano menor, y aunque es adoptado, lo adoro con toda mi alma. Pero siempre me preocupó un poco su actitud apática ante ciertas cosas. Aunque él era el único a quien no le importaba mi forma de ser.
Mamá siempre buscaba defenderme ante papá cuando yo no estaba en el campo de visión. Porque cuando él y yo nos bombardeábamos el uno al otro, éramos los únicos en la zona de batalla. Y cuando papá no estaba, mamá me interceptaba y me pedía que no lo provocara y que intentara ser más comprensiva.
Mamá era como un intermediario que actuaba como sedante ente ambas partes: no podía elegir bando, y le dolía nuestra relación. Yo lo notaba en su mirada y en su tono de voz.
Luego de tanto buscar, logré encontrar mi verdadera pasión: la música. Todas esas armonías, ritmos y acordes hacían vibrar mi espíritu y mi cuerpo de un modo que ninguna otra disciplina había logrado. Otro disgusto familiar. Al menos mamá se conformó con que estudiara algo. Pero papá se ocupó de dejar en claro de mil maneras distintas mi precario futuro lleno de miseria y poco éxito. Gracias por el aliento, papá.
Cuando conocí a Ricardo, sentí que había encontrado a mi compañero de vida. Éramos muy parecidos, y nos gustaban las mismas cosas. También le apasionaba la música, y tocaba el género Grunge con su grupo. Algo que apenas estaba surgiendo, pero que parecía prometedor.
No recuerdo qué fue lo que pasó exactamente, y tampoco cómo. Siempre, el amor que le tenía a mi padre era más fuerte que los disgustos que nos dábamos entre nosotros. Pero al parecer, ese amor ya no fue suficiente ante un hecho determinado. Tenía que huir de esa dictadura. Y me fui de la casa.
Ricardo y yo vivimos juntos en un pequeño piso que pagamos entre los dos. Yo continué estudiando música, y cada día iba aprendiendo más y afianzando mi pasión de la vida.
Estaba al tanto que mi huida le fue indiferente a mi papá, y eso me dolió en el alma; era definitivo, ya no era más su adorada niña pequeña. Ahora era una Castilla rebelde, fuera de las leyes de la familia. Una especie de desertora.
Efectivamente, le rompí el corazón a mi mamá con mi ida. Por ello, voy a visitarla siempre que puedo a la casa, por las tardes. Charlamos bastante. Yo le cuento mis cosas, y ella a mi las suyas, hasta los chismes. Pero ya no me invento ninguna excusa para no oírla: el simplemente estar con ella me llena, y consuela la tristeza de todo el tiempo que no estoy en la casa.
Me siento en la obligación de ayudar un poco con el hogar, de cualquier manera. Todavía hay un menor en la casa, y papá aún no ha recibido un aumento después de tantos años (cosa que, más tarde, mamá me aclaró que nunca quiso pedirlo, el muy orgulloso). Por ello, siempre llevo algo: un poco de verdura, algo de pan, un dulce para Rolito,...
Siempre intento irme antes de que papá llegue del trabajo. No quiero encontrármelo, por el hecho de no querer iniciar una discusión.
Lo extraño, y lo quiero mucho. Pero, aunque yo sea su hija y tenga ciertos rasgos de él, no pensamos igual, y nuestras creencias chocan. Supongo que ya llegamos al punto donde no podamos ponernos de acuerdo en nada. Y con ello, nuestra relación padre e hija se pierde en una imposible reconciliación."
Hablemos de lo que eres (de Dios para la persona)
Hablemos de lo que eres, hablemos de lo que te otorgué… Pero hablémoslo bajo la Antropología Filosófica.
Tienes vida. Fui yo quien te la dio. Hay cinco pruebas para ello: automovimiento, unidad de la materia que te conforma, inmanencia quedando todo efecto de lo que hagas en tu interior, autorrealización con el tiempo, con un ciclo armónico.
Te he entregado un alma, un principio de operaciones. Eso creará tu propia esencia, permitiéndote ser lo que eres, y no otra cosa. El alma nunca se desgasta. Es en sí misma, algo inmaterial. El alma es inmortal.
He hecho pruebas con varios seres, dándoles una vida vegetativa, e incluso una sensitiva. Pero tú eres superior a todos ellos. Contigo he incluido una superior: la vida intelectiva, propio de la persona, que incluye factores de nutrición, crecimiento y reproducción, además de poder conocer tu entorno por medio de lo sensible, pudiendo elegir el mejor medio de autorrealización, más allá de lo que te sea agradable o desagradable, tomando en cuenta lo bueno y lo malo.
Eres una persona. Como diría Boecio, una “sustancia individual de naturaleza racional”. Eres un ser corpóreo-espiritual. Tu corporalidad es la epifanía de lo que eres, no pudiendo separarte de este mundo, e incluyéndola en todas tus acciones. Aún así, no te limites al cuerpo. Eres uno sólo en cuerpo y alma.
¿Cómo saber que eres un ser espiritual? Por las dos de tu alma: querer y entender la realidad en sí misma.
Con la inmortalidad de tu alma, eres considerado un ser digno. La dignidad, la define Melendo, es una bondad superior, el cual destaca a una persona, elevándolo por encima de otros seres. Es algo que viene con uno. Tú tienes dos tipos de dignidad: una ontológica, que la tienes por el hecho de existir, y otra moral, la cual tendrás o no por las acciones buenas o malas que realices.
Esa dignidad moral tendrá una consideración en tus actos humanos bajo tres elementos: el objeto, las circunstancias y la intención. Pero ten muy en cuenta que si uno de esos elementos es malo, la acción en sí es mala. Mientras más elementos malos tengas, tu acto será más malo, disminuyendo tu dignidad moral, hiriendo tu propia naturaleza.
Tienes vida. Fui yo quien te la dio. Hay cinco pruebas para ello: automovimiento, unidad de la materia que te conforma, inmanencia quedando todo efecto de lo que hagas en tu interior, autorrealización con el tiempo, con un ciclo armónico.
Te he entregado un alma, un principio de operaciones. Eso creará tu propia esencia, permitiéndote ser lo que eres, y no otra cosa. El alma nunca se desgasta. Es en sí misma, algo inmaterial. El alma es inmortal.
He hecho pruebas con varios seres, dándoles una vida vegetativa, e incluso una sensitiva. Pero tú eres superior a todos ellos. Contigo he incluido una superior: la vida intelectiva, propio de la persona, que incluye factores de nutrición, crecimiento y reproducción, además de poder conocer tu entorno por medio de lo sensible, pudiendo elegir el mejor medio de autorrealización, más allá de lo que te sea agradable o desagradable, tomando en cuenta lo bueno y lo malo.
Eres una persona. Como diría Boecio, una “sustancia individual de naturaleza racional”. Eres un ser corpóreo-espiritual. Tu corporalidad es la epifanía de lo que eres, no pudiendo separarte de este mundo, e incluyéndola en todas tus acciones. Aún así, no te limites al cuerpo. Eres uno sólo en cuerpo y alma.
¿Cómo saber que eres un ser espiritual? Por las dos de tu alma: querer y entender la realidad en sí misma.
Con la inmortalidad de tu alma, eres considerado un ser digno. La dignidad, la define Melendo, es una bondad superior, el cual destaca a una persona, elevándolo por encima de otros seres. Es algo que viene con uno. Tú tienes dos tipos de dignidad: una ontológica, que la tienes por el hecho de existir, y otra moral, la cual tendrás o no por las acciones buenas o malas que realices.
Esa dignidad moral tendrá una consideración en tus actos humanos bajo tres elementos: el objeto, las circunstancias y la intención. Pero ten muy en cuenta que si uno de esos elementos es malo, la acción en sí es mala. Mientras más elementos malos tengas, tu acto será más malo, disminuyendo tu dignidad moral, hiriendo tu propia naturaleza.
En cuanto al conocimiento de la realidad, no sólo lo lograrás por medio de los sentidos, sino también a través de la inteligencia. Al conocer la realidad, vivirás más intensamente. A través de los sentidos externos, como lo son el olfato, la vista, el gusto, el oído y el tacto, podrás conocer lo material de la realidad. Con los sentidos internos, podrás no sólo percibir y definir lo que tus sentidos externos capten, sino también valorar lo captado como algo bueno o malo, agradable o desagradable por medio del sentido cogitativo, haciendo uso del sensorio común y de la imaginación, para finalmente archivar la información en tu memoria.
Tendrás una afectividad, un modo en como te afecta la realidad que te rodea, forma superficial de conocer el entorno, no siendo del todo confiable. Habrá un objeto desencadenante, una alteración orgánica de tu parte, y una conducta o manifestación ante la reacción obtenida. Con ello, experimentarás pasión, emoción y sentimiento. Tus modos afectivos del ser se verán en tu personalidad, estado de ánimo, temperamento y carácter.
He notado que tienes una inclinación natural a conocer la verdad y buscar el bien. La verdad que es la adecuación del intelecto a la realidad, y el bien que es aquello que perfecciona o conviene a una naturaleza. Bueno, para ello tienes varios tipos de conocimientos, entre ellos el espontáneo, el científico, entre otros. Para ello, realizarás un proceso de abstracción, juicio y razonamiento.
Has de saber que sólo tú, la persona, puede conocer la verdad. Te dará un sentido de vida, permitiéndote admirar la realidad que te rodea, dando paso a la contemplación, un modo supremo de vivir, transmitiendo todo a través del lenguaje.
Al ser persona, tienes un apetito racional que busca bienes que sólo pueden ser captados por la inteligencia. Esto se conoce como voluntad.
La inteligencia busca la realidad por ser verdadera, y la voluntad por ser buena. La inteligencia le presenta a la voluntad un bien. La voluntad lo reconoce como algo bueno, y mueve a la inteligencia y otras potencias para obtener dicho bien presentado, a través del medio más adecuado. Aunque me duele saber que, en algunas ocasiones, serás capaz de elegir el mal, porque sobrepondrás un bien temporal sobre uno superior. Has de entender que es mejor sufrir el mal que hacerlo.
Pero también sé que serás capaz de elegir el mal, porque es tu decisión, porque eres libre. La libertad es tu elemento más esencialmente propio. La conforman cuatro dimensiones. Está la libertad interior, la trascendental, aquella que te permitirá buscar la verdad y el bien de forma infinita. Mientras más desarrolles esta libertad, mayor independencia de lo material tendrás. Luego está la libertad de elección, aquella que te permitirá escoger el mejor medio para realizar algo, bajo un compromiso propio. La libertad moral dependerá mucho de tu libertad de elección, perfeccionando tus virtudes por medio de hábitos, y destruyendo los vicios que tengas. Por último, la libertad política te permitirá participar en una sociedad sin restricciones injustas.
Tendrás experiencias conjuntas con las personas que te rodean, conformando la vida social, bajo los elementos del trabajo, el dinero, la justicia, el lenguaje y la autoridad. Habrá instituciones que organizarán la vida social, y dentro de ellas se encontrará una autoridad política, que buscará el bien de los ciudadanos, dando órdenes que sean comprendidas por los individuos, que buscan el bien común, aquel conjunto de condiciones que permiten el perfeccionamiento humano. Plantea que el hombre busque la verdad y el bien libremente, actuando a consecuencia. Con la vida social, al pasar de generación en generación, se crea la cultura, cualquier manifestación humana, que se verá valorizada como buena o mala, si perfecciona o no la naturaleza humana. Las personas son sujetos de cultura, participan en ella. Lo que has de evitar es que una cultura te defina.
Hablemos de tu acto más humano, el amor, el “querer el bien para otro, en cuanto otro”. Un acto voluntario, acompañado por el sentimiento. Es cuando quieres un bien concreto para la persona amada, y actúas para conseguirlo. Has de quererla tal cual es. El amor que tengas por otra persona se manifestará cuando quieras que esa persona sea, y que sea lo mejor que pueda. También cuando le des un significado especial a su existencia. Entrégate a ti mismo, después de todo, es lo mejor que puedes darle.
Hay varias clases de amor. Está el afecto, la benevolencia, la amistad, la de necesidad y el amor eros.
La sexualidad… Con ella, se define principalmente la condición de la persona de ser femenina o masculina. Pero tiene un tema más profundo. La sexualidad es un modo que tienes de entregarte en acto y potencia a la persona amada, manifestándose la donación de todo lo que eres, en cuerpo y alma. A partir de ello, se da un compromiso, un acto voluntario entre hombre y mujer de entregarse plena, perpetua y exclusivamente, orientándose al cariño entre ambos, y a la generación y educación de los hijos. Esto se conoce como matrimonio, el cual crea la primera comunidad social: la familia.
Déjame decirte que eres una realidad naturalmente limitada, pues tu espíritu está llamado a trascender. Tus principales sufrimientos son el dolor y la muerte, siendo esta última una privación de la realidad, y una separación de alma y cuerpo. El dolor es un mal del cual estás consciente. También está el sufrimiento, el cual es un quiebre íntimo, que puede ser de tristeza o de miedo.
Debes comprender que el dolor es necesario en la vida. En la medida que puedas evitarlo, hazlo, pero cuando lo tengas, búscale un significado, un ‘por qué’, para que puedas vivir cualquier ‘cómo’. El dolor sirve de sistema biológico de alerta, que te avisa de un mal presente, para que tomes medidas y evites un mal peor. El dolor te permite crecer y fortalecerte internamente, y te permite valorar lo que en verdad es importante en la vida. Pero para ello, has de aceptar esa realidad negativa como propia, aprender de ella lo que sea necesario, y trascender como persona.
La inteligencia busca la realidad por ser verdadera, y la voluntad por ser buena. La inteligencia le presenta a la voluntad un bien. La voluntad lo reconoce como algo bueno, y mueve a la inteligencia y otras potencias para obtener dicho bien presentado, a través del medio más adecuado. Aunque me duele saber que, en algunas ocasiones, serás capaz de elegir el mal, porque sobrepondrás un bien temporal sobre uno superior. Has de entender que es mejor sufrir el mal que hacerlo.
Pero también sé que serás capaz de elegir el mal, porque es tu decisión, porque eres libre. La libertad es tu elemento más esencialmente propio. La conforman cuatro dimensiones. Está la libertad interior, la trascendental, aquella que te permitirá buscar la verdad y el bien de forma infinita. Mientras más desarrolles esta libertad, mayor independencia de lo material tendrás. Luego está la libertad de elección, aquella que te permitirá escoger el mejor medio para realizar algo, bajo un compromiso propio. La libertad moral dependerá mucho de tu libertad de elección, perfeccionando tus virtudes por medio de hábitos, y destruyendo los vicios que tengas. Por último, la libertad política te permitirá participar en una sociedad sin restricciones injustas.
Tendrás experiencias conjuntas con las personas que te rodean, conformando la vida social, bajo los elementos del trabajo, el dinero, la justicia, el lenguaje y la autoridad. Habrá instituciones que organizarán la vida social, y dentro de ellas se encontrará una autoridad política, que buscará el bien de los ciudadanos, dando órdenes que sean comprendidas por los individuos, que buscan el bien común, aquel conjunto de condiciones que permiten el perfeccionamiento humano. Plantea que el hombre busque la verdad y el bien libremente, actuando a consecuencia. Con la vida social, al pasar de generación en generación, se crea la cultura, cualquier manifestación humana, que se verá valorizada como buena o mala, si perfecciona o no la naturaleza humana. Las personas son sujetos de cultura, participan en ella. Lo que has de evitar es que una cultura te defina.
Hablemos de tu acto más humano, el amor, el “querer el bien para otro, en cuanto otro”. Un acto voluntario, acompañado por el sentimiento. Es cuando quieres un bien concreto para la persona amada, y actúas para conseguirlo. Has de quererla tal cual es. El amor que tengas por otra persona se manifestará cuando quieras que esa persona sea, y que sea lo mejor que pueda. También cuando le des un significado especial a su existencia. Entrégate a ti mismo, después de todo, es lo mejor que puedes darle.
Hay varias clases de amor. Está el afecto, la benevolencia, la amistad, la de necesidad y el amor eros.
La sexualidad… Con ella, se define principalmente la condición de la persona de ser femenina o masculina. Pero tiene un tema más profundo. La sexualidad es un modo que tienes de entregarte en acto y potencia a la persona amada, manifestándose la donación de todo lo que eres, en cuerpo y alma. A partir de ello, se da un compromiso, un acto voluntario entre hombre y mujer de entregarse plena, perpetua y exclusivamente, orientándose al cariño entre ambos, y a la generación y educación de los hijos. Esto se conoce como matrimonio, el cual crea la primera comunidad social: la familia.
Déjame decirte que eres una realidad naturalmente limitada, pues tu espíritu está llamado a trascender. Tus principales sufrimientos son el dolor y la muerte, siendo esta última una privación de la realidad, y una separación de alma y cuerpo. El dolor es un mal del cual estás consciente. También está el sufrimiento, el cual es un quiebre íntimo, que puede ser de tristeza o de miedo.
Debes comprender que el dolor es necesario en la vida. En la medida que puedas evitarlo, hazlo, pero cuando lo tengas, búscale un significado, un ‘por qué’, para que puedas vivir cualquier ‘cómo’. El dolor sirve de sistema biológico de alerta, que te avisa de un mal presente, para que tomes medidas y evites un mal peor. El dolor te permite crecer y fortalecerte internamente, y te permite valorar lo que en verdad es importante en la vida. Pero para ello, has de aceptar esa realidad negativa como propia, aprender de ella lo que sea necesario, y trascender como persona.
Tu fin último… Es un fin necesario, lo buscas de modo inconsciente, y bajo varios medios. Sentirás placer, alegría y felicidad, pero ninguno se le parecerá. Tu fin último será efecto del bien que hagas, y sabrás si lo has obtenido al momento de fallecer. El fin último que has de buscar es la Felicidad, el estado de perfección humana total. No podrás buscarla en sí misma. Lograrás tu Felicidad buscando la Felicidad de los demás. La plenitud de bien que implica la Felicidad sólo puede ser actualizada hacia los demás en el amor.
[Ensayo Final de la materia Antropología Filosófica de 1er año Comunicación Social de la Universidad Monteávila, 2009]
[Ensayo Final de la materia Antropología Filosófica de 1er año Comunicación Social de la Universidad Monteávila, 2009]
¡Bangs!
Cuando te quedas helado ante algo. Cuando a alquien le ocurre algo que lo único que te hace pensar es "Mátenlo, pobre tipo". Cuando ocurren esas ironías que no son tan agradables por el hecho de ser un tanto... estúpidas. Incluso cuando se habla de cosas que no todo el mundo sabe, pero que allí están. Esas situaciones son las que hacen que me venga una sola palabra a la cabeza: ¡Bang!
- En la película "The King's Speech", durante el último discurso que se ve del rey, el soundtrack es el 2do Movimiento de la Séptima Sinfonía de Beethoven. ¿Lo curioso? El rey habla sobre la guerra contra Alemania, mientras lo acompaña una de las grandes piezas maestras de un reconocido compositor alemán. ¡Bang!
- Si, es cierto que Woody Allen tiene grandes frases. Muchas son de su autoría. Pero, ¿quieren saber qué más es de su autoría? El gusto que tiene por utilizar frases dichas anteriormente por Groucho Marx. ¡Bang!
- Muchas de las fiestas que conocemos provienen de los Celtas: Halloween, Navidad, Pascua... Ocurre lo mismo con los símbolos: espirales, cruces... ¡Los Celtas son la raíz de todo! ¡Bang!
- Según Roberto Pettinato (periodista argentino): "La Tigresa del Oriente es la Lady Gaga del tercer mundo". ¡Bang!
- El amor no es un sentimiento, sino un acto de la voluntad. ¡Bang!
- ¿Cuál es el colmo de un comunicador social? Tener una aplicación en su celular que consista en una voz robótica que le lea sus mensajes de texto. ¡Bang!
- Un profesor te manda a leer un libro. Te esfuerzas por leer ese libro. Dichoso libro. Cuando la autora de ese libro va a exponer sus ideas a tu lugar de estudio, dicho profesor expone sus pensamientos a la autora de una forma suave pero suspicaz: “Me parece que perdió su tempo con este libro. Para lo único que me sirvió fue para botarlo a la basura”. ¡Bang con el tipo!
- Un candidato sin familia es "ideal", porque se va a "ocupar" de su puesto como Presidente, en lugar de distraerse con su esposa e hijos. ¡Bang! (aclarando que esto lo escuché en mi Universidad).
- Uno tiene algo a lo que aspira en la vida... Pero hay que ser realistas. ¡Bang!
Y la lista sigue creciendo =D
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